Siempre he sentido mucha curiosidad por la cultura y arte Japonés, creo que el hombre y la naturaleza están muy interrelacionados en su forma de expresar el arte desde la antigüedad. He encontrado dos jóvenes fotógrafos que tienen como denominador común el agua, el cuerpo humano y una sensualidad creativa acorde a la censura japonesa, que no permiten fotografiar los genitales masculinos ni femeninos. Daikichi Amano es director, productor, fotógrafo y pornógrafo. Una de las características de este artista es el uso de cefalópodos, insectos y otros animales marinos para sus fotografías. El otro fotógrafo se llama Tomohide Ikeya, nacido en Kanagawa, Japón en 1974. El agua y la naturaleza humana es una constante en su trabajo, y dentro del líquido elemento, el mar como vehículo conductor y representante de la naturaleza.
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