Hace diez años, concretamente el 29 de Junio, moría en el Estado Norteamericano de Connecticut, el mismo en el que nació, una de las actrices más importantes del panorama cinematográfico internacional. Katharine Hepburn. La gran dama de Hollywood, la única mujer que ganó cuatro estatuillas de los codiciados Óscar y una de las más nominadas a ellas. El espíritu libre, la rebeldía y su lucha inherente contra los convencionalismos morales de la época le hacían una mujer totalmente adelantada a su tiempo. Me encanta una anécdota adolescente de la Hepburn, en la que se corto el pelo como un chico y se hacía llamar Jimmy, esto me hace recordar lo impresionante que esta en su papel de Jo March, en la versión de George Cukor de “Mujercitas”, personalidades totalmente parecidas, unos impulsos y libertades permitidos solo para los hombres que ambas mujeres no eran capaces de concebir como prohibitivas por ser mujer. Mucha gente no sabe que Miss Hepburn fue una de las grandes en los escenarios, el teatro la resucitó en varias ocasiones tras tener algunos fracasos de taquilla. Sin ir mas lejos, La representación teatral de la comedia “Historias de Filadelfia” fue un éxito rotundo en Broadway que luego en 1940 llegó a tener su adaptación al cine, donde bordó una interpretación junto a Cary Grant. Mucho se ha hablado de Katharine Hepburn, de su temperamento, originalidad, elegancia innata, osadía, independencia y no podría dejar de recordar que fue una mujer que hizo que su estilo traspasara la pantalla creando con su forma de vestir autentica moda. Ella no la seguía, ella, directamente, creo moda, impresionante… Y me viene a la mente y no dejo de pensar que hubiera matado por verla meterse en la piel de la dueña absoluta de la moda Coco Chanel en teatro. No se me ha ido la cabeza, hablar de la Hepburn es hablar indudablemente de Spencer Tracy, y su original relación, tanto cinematográfica, como sentimental, ¡muy grandes ambos! una de mis películas preferidas es “¿Adivina quién viene esta noche?” En la que interpretan a unos padres con aires “progres” a los que no les deja de costar aceptar que su hija se ha enamorado de un negro, medico, pero negro, en una América de mediados de los sesenta aún enquistada y conservadora con el tema racial. En la que Sidney Portier hace también un papelón como el novio en cuestión, pero eso, queridos, es ya otra historia… El tema y mi admiración total de lo que me compete en estas líneas es para mi gran Reina de África, mi último gran recuerdo cinematográfico de esta mujer incombustible. Adoro y he revisado actualmente esta gran película. Para terminar me gustaría citar una frase que demuestra la ironía y contundencia de esta gran mujer y como diría la Hepburn: La muerte será un gran alivio. No más entrevistas. Y yo te digo: No más entrevistas pero tú eres y serás eterna…
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