Mi cita con Jane Badler

Jane Badler

Siempre consideré que pasear por San Sebastián tenía un cierto aire aristócrata, y es que es una ciudad con un estilo arquitectónico bastante afrancesado. No podía ser en otro lugar mi cita con ella; este aire aburguesado me envolvía de preguntas, dudas y nervios… En sólo media hora tendría frente a mí a Jane Badler, toda la documentación, frescura y espontaneidad preparada minuciosamente durante días se enmarañaba torpemente en mi cabeza. Jane Badler en mi vida es toda una institución visual, es mi primer acercamiento a la imagen, al collage y al sentido de la estética. En ese momento yo la conocí como Diana, una alienígena con aparente forma humana en la Serie V. Esta serie llegó a nuestras pantallas por primera vez en 1983. Aún tengo grabado en mi retina el momento en el que la comandante Diana abandonaba su nave y se mostraba al mundo con sus gafas oscuras, enormes como las de cualquier gran folclórica de este país, y embutida en un uniforme rojo, casi valentino, que marcaba sus impresionantes curvas. Con el paso del tiempo su papel de extraterrestre con cierto parentesco a los lagartos terráqueos, que se alimentaba de pequeños roedores y aves, quedó en una anécdota infantil y dio paso a hacer de este personaje icono modernista fantástico. Tengo claro que no centraré toda mi entrevista en esa parte concreta de su interesante trayectoria profesional, aunque una parte de mí estaría horas y horas devolviéndola al rodaje y exprimiendo toda anécdota, curiosidad o exclusiva de esta serie fundamental en mi formación vital. Jane Badler también fue la agente Shannon Redd en la reconocida serie Misión Imposible, aunque yo guardo un especial cariño a su papel de Meredith Braxton, durante una temporada o dos, no recuerdo bien, en la fascinante e intrigante Falcon Crest, el gran serial o Soap Opera, en argot inglés televisivo.

Me voy acercando con cierto sigilo al lugar elegido para nuestro encuentro, no existe sitio mejor en San Sebastián, tengo un grato recuerdo de la primera vez que visité el Hotel María Cristina, su estilo Belle Époque me sumergía en el esplendor clásico de mediados del siglo XIX. Creo que eso a ella también le estará pasando, la considero una mujer muy elegante, pero elegancia de cuna; siempre he pensado que la elegancia es de nacimiento, ni el dinero ni los trapos hacen a una persona con clase.

Me volvió a pasar! Olvidé el titulo del nuevo álbum que va estrenar en breve, la fotografía y diseño artístico promocional es fascinante. Y es que esta última etapa de la vida de esta gran mujer esta centrada únicamente en un plano musical, quitando pequeñas apariciones interpretativas. Jane Badler se abre un discreto camino en la música con una carrera como cantante de Jazz Contemporáneo, no exenta de buenas críticas, sobre todo en su anterior álbum «Tears Again”. Apuntado a lápiz en un borde de mi libreta encuentro el titulo del nuevo trabajo, “Diamond, Crimson Blood”. Y es que Miss Badler, nacida en Brooklyn y desde hace mucho tiempo viviendo, felizmente casada, en Australia, nos muestra en su estética musical una tendencia gótica y de femme fatale, con tintes de vampiresa contemporánea.

Jane Badler se hospeda en una de las cinco suite reales que posee este emblemático hotel. Yo ya me encuentro en el hall, y titubeo a la hora de acercarme a los ascensores. Estoy inquieto, es indudable, tras esta puerta, la 977, curiosamente año en que debutó mi futura entrevistada, y año de mi nacimiento, se encuentra Jane Badler, ¡Diana de V!. La puerta se abre, una opulenta alfombra en modo camino de baldosas amarillas me indica el camino, huele a flores recién cortadas, presumiblemente Jazmines. Hello Miss Badler, nice to meet you…

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